Hace solo dos semanas no podíamos ni sospechar la que se nos venía encima, un parón en nuestras vidas a consecuencia de un virus que intuíamos lejano, pero que de repente y de manera devastadora irrumpió en nuestro entorno, obligándonos a un confinamiento social sin precedentes en nuestra historia reciente.
La desolación en las calles, el número de infectados, sanitarios al límite dándonos esperanza…..es nuestro día a día en una sociedad interconectada y “sobreinformada”. Da la sensación de ser protagonistas de una película distópica que en estos tiempos de introversión, seguramente hemos rescatado para acelerar el devenir de las horas.
No debemos minimizar la importancia de los hechos presentes, pero sí es buen momento para mirar atrás y porque no, aprovechar este tiempo que no será baldío y bucear en nuestra historia.
Así, rebuscando en la información que la documentación del archivo municipal pudiera aportar acerca de pasadas epidemias en Monforte, pudimos encontrar numerosas referencias, pero nos centraremos en una, de todas la más documentada entre “nuestros papeles”, y que causó gran perjucio a nuestros antepasados pero dando también muestras de su fortaleza y solidaridad: la epidemia de cólera acaecida entre los años 1854-1855.
El cólera es una enfermedad infecciosa con una sintomatología basada en vómitos y diarreas, y que se transmite por el agua y los alimentos. Esta enfermedad llegó a Europa a principios del siglo XIX, desde la India, sucediéndose en España distintos brotes a lo largo del s. XIX. El que se produjo entre 1854-1855, que a nivel nacional supusieron 233.000 muertes en la coyuntura de un sistema sanitario inexistente y una corta esperanza de vida, en la provincia de Alicante fue también catastrófica, produciéndose un brote de cólera en agosto de 1854 en la capital alicantina y que posteriormente se expandió al resto de la provincia por la huida de la población a pueblos y fincas colindantes. Este brote tuvo una fuerte incidencia en Monforte, una cronología de la epidemia que podemos constatar a través de los acuerdos plenarios de los cabildos de aquella época.
La epidemia de cólera se inicia en la provincia de Alicante, como ya hemos comentado, a principios de agosto, llegando a nuestro municipio ese mismo mes, ya que en el pleno del 28 de agosto se recoge en el capítulo de Beneficencia del presupuesto municipal una partida para socorrer a los enfermos pobres que han contraído cólera, constatándose más de 50 casos en la población. Como era de esperar aquella epidemia fue a más y se cebó sobre todo en los vecinos más vulnerables. Ante la expansión de los contagios, la corporación acuerda nombrar una comisión que recoja los donativos que voluntariamente den los vecinos para socorrer a los enfermos de cólera. También se propone que los facultativos (médicos) se turnen haciendo guardias por la noche en la casa consistorial, para que allí puedan acudir los ciudadanos en busca de auxilio y medicamentos, y les sea más llevadero a los propios médicos la atención sanitaria de la población.
Aquella comisión encargada de recoger los donativos para paliar los efectos de la epidemia de cólera logra recoger 1.353 reales de vellón, decidiendo dejar constancia en el acta de 9 de septiembre de 1854 los nombres de los vecinos que voluntariamente realizaron los donativos para ayudar a paliar los efectos del cólera en Monforte. También sorprende la previsión que hace la corporación en cuanto deciden llevar un control del fondo recaudado para los enfermos del cólera, de tal manera que el depositario de los fondos de aviso antes de que quede vacío para poder restablecerlo y evitar que a ningún enfermo le falte la asistencia necesaria.
El cólera sigue haciendo estragos en la población. Doscientas personas han sido afectadas, muriendo muchas de ellas y siendo la clase proletaria las más afectada. Por ello se dispone que los miembros de la Junta de Sanidad disponga de todos los fondos que contiene el arca de propios y de los que obra en poder del depositario del Pósito, para que nada le falte a ningún enfermo
En el pleno de 1 de octubre de 1854 se dio cuenta de la visita del Gobernador Civil de la Provincia, D. Trinitario González de Quijano, recogiendo también su fallecimiento, producido a causa del cólera, tras las innumerables visitas que realizó por toda la provincia durante la epidemia.
El cólera en Monforte debió remitir a lo largo del año 1855, pero en la provincia de Alicante continuó haciendo estragos, por lo que para evitar que se desarrollará un nuevo brote en Monforte, se decidió suspender la Feria de septiembre del presente año, una feria por la mayoría desconocida y que se celebraba en Monforte, concretamente en el Parador, entre el 7 y 9 de septiembre en Honor a Ntra. Sra. de Orito.
Definitivamente la epidemia de cólera se dio por controlada en septiembre de 1855, tanto en Monforte como en la provincia, por lo que se decidió celebrar la Feria en honor a Ntra. Sra. de Orito los días 13, 14 y 15 de octubre.
De manera breve esta fue la crónica de una epidemia que supuso un gran perjuicio para nuestro municipio y también un gran esfuerzo por parte de todos. La epidemia de cólera pasó, después llegaron otras, pero la unión de sus vecinos y la solidaridad vencieron a la calamidad en un contexto mucho más extremo que el actual y más catastrofista, aunque a nosotros se nos antoje lo contrario. Y siguieron adelante, como continuaremos nosotros, aprendiendo del pasado y mirando al futuro más unidos que nunca.