El cine IBAMIR

Desde el Archivo Municipal continuamos ofreciéndoos retazos de nuestra historia a través de las Píldoras para el Confinamiento. En esta ocasión vamos a recuperar la información de un artículo, ya publicado en la revista de Fiestas de Moros y Cristianos de 2017, sobre unos de los lugares más emblemáticos de nuestro ocio y cultura recientes: El Cine Ibamir. Y sirva esta crónica para homenajear a Nuestros Mayores, uno de los colectivos más vulnerables y duramente castigados por esta epidemia. Porque recordad, gracias a ellos, a todas sus vivencias, sabemos de nuestro pasado y gracias a él, podemos sacar muchas enseñanzas a aplicar en el presente tan crítico que nos ha tocado vivir. Particularmente al archivo, al pueblo, durante mucho tiempo han cedido documentos, testimonios, vivencias en primera persona que han enriquecido de manera exponencial nuestro patrimonio, y el artículo que hoy os presentamos fue realizado en su momento gracias a uno de esos testimonios. Desde aquí nuestro pequeño homenaje a Nuestros Mayores Monfortinos.

Antes de iniciar la lectura del artículo, quisiéramos haceros partícipes del fragmento de la aclamada película Cinema Paradiso que narra la historia de un viejo cine de pueblo de la Italia rural y que de alguna manera, en estos momentos de incertidumbre, toma más sentido que nunca: “La vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil. ¡Márchate!….. Eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti”. 

Cine Ibamir

En primer lugar debemos destacar que la información e imágenes para la elaboración de este artículo pudo materializarse gracias a Josefina Miralles Berenguer, «Josefina la de Huerta», una colaboradora asidua del archivo municipal que nos dejó ya hace un tiempo y que donó toda la documentación del Cine Ibamir al pueblo.

El viejo cine IBAMIR ha sido la sala cinematográfica por excelencia de nuestro municipio, aunque no la primera, ya que desde los años 20 tenemos constancia de la realización de funciones de cine en Monforte. En el archivo municipal se conservan varios expedientes instruidos con motivo de solicitudes de permiso para dar funciones de cine. Así, tenemos un legajo del año 19311 que recoge la solicitud presentada por un vecino, Don Francisco Aracil Ramón, para proyectar sesiones de cine en un local situado en la Calle de las Norias (hoy avda. de la Constitución), donde se incluía también la primera película que se tenía previsto proyectar (“Imposturas”). También consta un expediente de los años 1932-1933 instruido con motivo de una solicitud presentada por el bibliotecario del Casino, Francisco Limiñana Richart, para abrir la sala de proyecciones al público.

Pero centrándonos ya en los inicios del cine IBAMIR, cabe destacar que parte de sus socios iniciaron un proyecto empresarial previo con una sala de cine en el antiguo casino de Monforte (ubicado donde hoy encontramos los bajos del ayuntamiento y la sala polivalente).

En la época de la posguerra Monforte contaba con un teatro ubicado encima del casino, una sala que se remonta a principios del siglo XX y que tuvo una vida animada. El casino fue adquirido hacia 1945 por cuatro vecinos que deseaban montar una sala de cine: Joaquín, Vicente y Eleuterio Miralles, los tres pertenecientes a la misma familia (los dos primeros hermanos y el tercero primo de los anteriores). A ellos, se les unió en el proyecto Miguel Sala. Un vecino de Sax, Joaquín Salobre, que contaba con un cine en aquella localidad y que pretendía renovar, ofreció las máquinas de proyección a los nuevos dueños del teatro-casino, por lo que montaron una nueva sala para tal fin en el mencionado lugar.

Una vez puesto en marcha, años después, el cine-casino quedó en manos de Eleuterio Miralles y Miguel Sala, quienes ya pensaron en montar una nueva sala. Al nuevo proyecto se unió Manuel Ibarra, que tenía también un pequeño cine de verano en un “corralón” cerca de donde se ubicaría posteriormente el cine IBAMIR (en la C/ Isidro Pastor Casas).

Poco antes de la apertura del nuevo cine, Miguel Sala se retiró del proyecto, quedando el negocio en manos de Eleuterio Miralles y Manuel Ibarra, de cuyos apellidos se sacó el acrónimo que daría nombre al cine: IBAMIR.

El proyecto del cine, tanto de verano como de invierno, corrió a cargo del arquitecto Juan Antonio García Solera, todo un referente de la arquitectura alicantina, responsable de edificios como el Hogar provincial, la clínica Vistahermosa y más recientemente el ADDA. El cine abriría sus puertas en 1958. En él trabajaron, entre otros, Victorino Crespo manejando la máquina de proyección o Manuel Posadas como portero. Por taquilla pasaron tanto los dueños del cine como sus familiares, contando también con una barra arrendada por una familia a cambio de la limpieza del recinto.

La sala contaba también con cine de verano. Simplemente girando las máquinas, éstas podían proyectar en el enorme espacio interior al aire libre.

En el cine-teatro IBAMIR, a lo largo del tiempo, no solo se proyectaron películas, también se realizaron actuaciones. Por su escenario han pasado la Coral Monfortina, que realizó su debut allí en el año 1972, la Rondalla “La Inmaculada”, y como no, el grupo de Teatro de Cámara Jorge Juan, que el 13 de marzo de 1973 estrenó en la sala la obra de Fernando Martínez Beltrán “El Lazareto” y que incluso realizó un homenaje a la famosa actriz Ana Mariscal en el año 1974, junto a la Coral y la Rondalla. También se hacían los festivales de fin de curso del colegio, actuaciones de carácter benéfico por parte de la Iglesia y en el hall, era habitual la celebración de banquetes de bodas y bautizos.

Son muchas las historias y recuerdos relacionados con el cine, lugar de encuentro de novios, amparados en la penumbra de las viejas salas de antaño y de viejos butacones que nada tienen que ver con las comodidades de los cines actuales, pero que en aquella época se antojaban placenteros. Puntos de encuentro de parejas y familias que no siempre eran bien vistos por la mentalidad de aquella época. En este sentido, curiosa es la carta enviada por el párroco de Monforte en 1963, Ildefonso Cases Ballesta, advirtiendo de la proyección de películas “impropias en el cine” o la celebración del mercado en domingo.

El cine cerró sus puertas hacia el año 1978. Posteriormente fue arrendado a principios de los 80, reinaugurándose con la proyección de la película española “La Guerra de papá”. Pero anteriormente ya había iniciado su declive a la sombra de los grandes estrenos de salas importantes de Elda, Elche o Alicante y como no, de las “nuevas tecnologías”, que en aquel momento se acercaban a las casas por medio del video en sus tres formatos domésticos (VHS, BETA y Sistema 2000), cerrándose de manera definitiva en los 80.

Monforte es el reflejo de su gente, historias de vida que conforman la idiosincrasia de un pueblo, su esencia. Es indiscutible el legado histórico de nuestro municipio al que también queda unido el extenso patrimonio etnográfico que atesoramos y que tenemos la obligación de conservar.

Mayor González, I. “Una historia empresarial monfortina: El cine IBAMIR”, Revista de Fiestas de Moros y Cristianos. Monforte del Cid: Comisión de Oficial de Fiestas de Monforte del Cid, 2017

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